Con solo dos victorias, tres empates y ocho derrotas en lo que va de las eliminatorias, Chile enfrenta un rendimiento que no solo es decepcionante en términos de puntos, sino también preocupante en cuanto al juego y la calidad de su rendimiento en el campo. La selección ha mostrado una alarmante falta de contundencia en el ataque, anotando solo 9 goles en los 13 partidos disputados hasta ahora, convirtiéndose en el equipo con la peor ofensiva de toda la eliminatoria.
Tras la salida de Eduardo Berizzo del banquillo, quien no logró encontrar una fórmula para encaminar al equipo, la Federación Chilena de Fútbol optó por colocar a Nicolás Córdova como técnico interino. Sin embargo, el cambio de entrenador no trajo los resultados esperados, y la crisis continuó. Con los ojos puestos en una última oportunidad de salvar la clasificación, la llegada de Ricardo Gareca, generó cierta esperanza entre los aficionados. Su experiencia internacional y su capacidad para renovar equipos en momentos difíciles parecían la opción más viable para intentar revertir la situación.
Pero el panorama sigue siendo incierto. A pesar de la llegada de Gareca, el tiempo apremia y las posibilidades de resurgir son cada vez más reducidas. Con solo cinco partidos por disputar, el futuro de Chile en las eliminatorias está en manos de sus jugadores y, principalmente, de la dirección que el técnico argentino pueda imprimir al equipo. Los próximos enfrentamientos serán clave: la selección se enfrentará a Paraguay y Ecuador, dos rivales directos en la lucha por un cupo en el Mundial. Estos duelos se perfilan como una auténtica final para La Roja, que necesita urgentemente sumar de a tres para mantener vivas las esperanzas de clasificación.
Chile está a punto de llegar a un punto de no retorno. Si no hay una reacción inmediata y contundente, el sueño del Mundial 2026 podría desvanecerse rápidamente. La historia reciente de la Roja, llena de éxitos y momentos gloriosos, parece estar alejada de la realidad que vive hoy. A medida que el tiempo corre, la paciencia de los aficionados se agota, y la pregunta sobre si Gareca podrá dar un giro que salve la clasificación se hace más urgente.
La situación es grave, y la presión sobre los jugadores y el cuerpo técnico nunca ha sido tan grande. ¿Podrá Gareca, con su experiencia y sabiduría táctica, llevar a Chile al Mundial? Solo el tiempo lo dirá, pero la cuenta regresiva ya comenzó, y los desafíos no dejan margen de error. La Roja necesita reaccionar ya si quiere seguir soñando con la próxima Copa del Mundo.