El Club América atraviesa un momento complicado. La reciente caída en penales (1-3) frente al Real Salt Lake, tras un empate 2-2 en tiempo regular, ha dejado a las Águilas con un pie fuera de la Leagues Cup 2025. Su próximo encuentro ante Minnesota United, programado para el 2 de agosto, será decisivo: una victoria es su única vía para mantenerse con vida en el torneo.
El rendimiento del equipo dirigido por André Jardine ha venido a menos desde hace varios meses. Aunque la plantilla cuenta con nombres de peso y experiencia internacional, el funcionamiento colectivo está lejos de convencer. La falta de contundencia en el último tercio del campo, errores defensivos y una evidente desconexión en el medio campo han pasado factura tanto en torneos internacionales como en la Liga MX.
La mala racha no es reciente. Desde la dolorosa derrota en la final del Clausura 2025 ante Toluca, un revés que aún duele en la afición azulcrema, el equipo ha arrastrado una sombra de inconsistencia. El golpe más reciente ocurrió en el Campeón de Campeones, donde nuevamente el conjunto escarlata les arrebató la posibilidad de levantar un título más.
En la presente campaña local, América ha batallado incluso ante rivales de menor jerarquía. Le cuesta ganar, no impone respeto y sobre todo, ha perdido esa mística que solía caracterizar a los de Coapa. Por ello, su participación en esta edición de la Leagues Cup luce más como una obligación que como una verdadera oportunidad de triunfo.
Con el panorama actual, parece difícil pensar que América tenga lo necesario para avanzar más allá de la fase de grupos. Las señales son claras: el equipo está en crisis, la exigencia es máxima y la afición comienza a perder la paciencia. Si no hay una reacción inmediata, el club más ganador del fútbol mexicano podría firmar una de sus participaciones más grises a nivel internacional en los últimos años.