Corría la temporada 2009-2010 cuando el Inter de Milán escribió una de las páginas más doradas en la historia del fútbol europeo. Al mando de José Mourinho, el club italiano no solo conquistó la UEFA Champions League, sino que firmó una gesta legendaria: el ansiado triplete.
El 22 de mayo de 2010, en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, el Inter venció 2-0 al Bayern Múnich en la final europea con una actuación brillante de Diego Milito, autor de los dos goles. Esa noche, Mourinho se consagró como uno de los técnicos más influyentes del siglo XXI, mientras el Inter levantaba su tercera “Orejona”, la primera desde 1965.
Pero lo más impresionante fue que ese título completaba una temporada perfecta. El equipo también había ganado la Serie A y la Copa Italia, convirtiéndose en el primer club italiano en lograr el triplete, algo que ni la Juventus ni el Milan habían conseguido.
Con figuras como Milito, Sneijder, Maicon, Cambiasso y el eterno Javier Zanetti, el Inter de Mourinho combinaba una defensa férrea con una capacidad letal al contragolpe. Era un equipo con identidad, carácter y una mentalidad ganadora que marcó una época.
Hoy, quince años después, el Inter regresa a una final de Champions League con la oportunidad de volver a la cima del fútbol europeo. El recuerdo de aquel triplete no solo inspira, sino que impone. Porque repetir una hazaña así no es solo cuestión de talentotambién es de historia, de legado y de corazón.