El hecho ocurrió tras el último partido del Torneo de la Liga Profesional, donde los menores sin intención maliciosa, se acercaron a pedirle una foto a Malcorra, ídolo en ascenso del club rival. La imagen se hizo viral y generó tal revuelo entre aficionados leprosos que el club rojinegro decidió apartarlos temporalmente.
Newell’s negó una sanción formal, aunque reconoció haber suspendido momentáneamente a los menores de entrenamientos. El club justificó la decisión como una medida para proteger su integridad emocional, debido a los posibles insultos o presión mediática que podrían enfrentar tras la publicación de la imagen.
“En conjunto con las familias, y con el único objetivo de resguardar a los chicos, se decidió una pausa en su actividad”, explicó el club en un comunicado oficial.
La reacción ha desatado un debate encendido en Argentina. Mientras algunos sectores critican la decisión como un exceso en una rivalidad mal entendida, otros aplauden la postura del club por cuidar a sus inferiores del fanatismo desmedido.
Ignacio Malcorra, protagonista involuntario de la historia, ha sido un jugador determinante en los últimos clásicos rosarinos, marcando goles decisivos y siendo blanco constante de la bronca leprosa. Su sola imagen, para muchos hinchas de Newell’s, representa un dolor reciente difícil de digerir.
Rosario Central ha ganado los últimos 4 clásicos oficiales ante Newell’s, y en tres de ellos Malcorra fue protagonista. Esta superioridad ha reavivado la rivalidad al rojo vivo, donde incluso una selfie puede convertirse en pólvora.
