En el fútbol, nada está garantizado. Ni los títulos, ni los estadios llenos, ni las plantillas millonarias son inmunes al fracaso. En los últimos 15 años, el mapa europeo ha sido testigo de algo que parecía impensado: el descenso de clubes históricos, algunos con ligas, copas e incluso participaciones en Champions League.
En el fútbol moderno, donde se mezcla la presión de los resultados con la exigencia del negocio, los errores, ya sean deportivos o administrativos, se pagan con la pérdida de categoría. Y cuando un equipo grande cae, todo el continente lo siente.
España:
Uno de los casos más representativos es el del Deportivo La Coruña, campeón de La Liga en el año 2000. Años después, descendió en 2011, y tras un breve regreso, terminó cayendo hasta la tercera categoría. Un golpe durísimo para una afición acostumbrada a competir en Europa.
Lo mismo le ocurrió al Real Zaragoza, que desde su descenso en 2013 no ha podido volver a Primera, a pesar de su historia y títulos en Copa del Rey.
Málaga, que jugó Champions en 2013, también vive hoy en el olvido de la tercera división, víctima de una gestión caótica.
Inglaterra: campeones que volvieron al barro
El caso más impactante en Inglaterra es el del Leicester City. Tras su histórico título de Premier League en 2016, descendió en 2023. Una montaña rusa que dejó claro que el éxito no garantiza estabilidad.
Leeds United, Stoke City y Sunderland también se suman a la lista de equipos con tradición que han perdido su lugar en la élite.
Incluso clubes como West Bromwich Albion o Wigan Athletic han vivido descensos repetidos, mostrando que la Champions inglesa es tan competitiva como cruel.
Italia: la tradición también se tambalea
En la Serie A, clubes como Parma, Palermo y Sampdoria han tocado fondo. Parma, campeón de la Copa UEFA en 1999, quebró en 2015 y cayó hasta la Serie D. Desde entonces, ha luchado por regresar con un proyecto más modesto.
Sampdoria, finalista de Champions en los 90, descendió en 2023, arrastrada por una crisis financiera.
Alemania: los históricos también sufren
Aunque la Bundesliga presume estabilidad, el descenso del Hamburgo en 2018 rompió una racha de más de 50 años sin perder la categoría. Desde entonces, no ha logrado volver.
Schalke 04, que fue semifinalista en Champions en 2011, ha descendido dos veces en los últimos cinco años.
Francia: caídas entre sombras administrativas
En Francia, la Ligue 1 ha visto caer a Saint-Étienne, el club más laureado del país, en 2022. También el Girondins de Bordeaux, campeón en 2009, descendió en 2022 con problemas económicos y sanciones. Casos como el de Auxerre o Toulouse también demuestran la fragilidad del sistema
¿Por qué caen los grandes?
Detrás de cada descenso hay una historia:
- Gestión deportiva deficiente
- Administraciones con deudas o corrupción
- Proyectos sin visión a largo plazo
- Inestabilidad técnica y falta de identidad
Aunque para muchos clubes el descenso es un trauma difícil de superar, también se convierte en una oportunidad para reconstruirse. Lo hizo el Parma, lo intenta el Zaragoza, y lo buscarán los que hoy están en la cuerda floja. Porque en el fútbol europeo, caer también es parte del juego y levantarse es parte del orgullo.