El piloto tapatío no ha tenido un buen fin de semana en el Gran Premio de Estados Unidos. Desde la carrera sprint, las cosas comenzaron a torcerse, ya que Pérez no pudo superar la novena posición, luchando contra Yuki Tsunoda, Oscar Piastri y Franco Colapinto. En estas batallas se evidenciaba que su RB20 no cuenta con el mismo kit de actualizaciones que el de su compañero Max Verstappen, algo que más tarde se confirmaría.
Durante la calificación, Pérez logró pasar a la Q2 en la quinta posición, pero nuevamente, el rendimiento de su monoplaza no respondió como se esperaba. Esto provocó que el mexicano arrancara la carrera en la décima posición de la parrilla, una ubicación incómoda para el ‘Viejo Sabros
A pesar de la comprometida situación en la que se encuentra, Pérez mantiene la confianza en remontar desde el inicio y meterse de lleno en la carrera. Se aferra a la esperanza de repetir una hazaña memorable, como aquella vez en la que ofreció una de las defensas más recordadas en la historia de la Fórmula 1, cuando fungió como escudero de Verstappen, evitando que Lewis Hamilton se acercara lo suficiente para rebasar al neerlandés.
Sin embargo, todo ha cambiado desde entonces. Red Bull está batallando para subir al podio, y Checo, con un auto menos actualizado, tiene que lidiar con las constantes mejoras de los demás equipos, lo que complica aún más el trabajo del mexicano.