El fútbol mexicano amaneció de luto este lunes tras confirmarse el fallecimiento de Carlos Hurtado, uno de los promotores más influyentes y polémicos en la historia reciente del balompié nacional. Su nombre estuvo ligado durante décadas a los grandes fichajes, a las decisiones más trascendentales de varios clubes y a una red de poder que marcó una época en la Liga MX.
Hurtado, quien trabajó de la mano con Billy Álvarez durante su gestión en Cruz Azul, fue pieza clave en la llegada y salida de jugadores que vistieron la camiseta celeste. Su figura generó tanto respeto como controversia: para algunos fue un hábil negociador que impulsó carreras; para otros, un personaje que movía los hilos desde las sombras.
A lo largo de su trayectoria, representó a figuras importantes del fútbol mexicano y sudamericano, gestionando contratos y transferencias que cambiaron el rumbo de varios equipos. Su influencia trascendió despachos y canchas, convirtiéndose en uno de los nombres más reconocidos y debatidos del entorno directivo del deporte en México.
Aunque su papel estuvo envuelto en polémicas, no se puede negar su peso en la estructura futbolística nacional. En su legado queda la huella de un hombre que, para bien o para mal, transformó la forma en que se hacían los negocios en la Liga MX.
La noticia de su fallecimiento ha generado reacciones en todo el medio futbolístico. Exjugadores, directivos y periodistas han expresado condolencias y recordado los momentos en los que coincidieron con él. Con su partida, se cierra un capítulo importante del fútbol mexicano, uno marcado por grandes negociaciones, alianzas estratégicas y una influencia que pocos han logrado igualar.





