La espera terminó. Chivas ya tiene nuevo líder en el banquillo y su nombre es Gabriel Milito. El exdefensor argentino, con pasado en el FC Barcelona y la selección albiceleste, llega al Guadalajara con una idea clara: transformar a un equipo estancado en uno competitivo, intenso y con hambre de títulos.
Milito no es un desconocido en el mundo del fútbol. Como entrenador, ha construido una reputación firme en Sudamérica por su estilo ofensivo, su exigencia táctica y su capacidad para trabajar con jóvenes. Ahora, se enfrentará al desafío más mediático de su carrera: dirigir al club más popular de México, y hacerlo con una plantilla integrada exclusivamente por jugadores nacionales.
A sus 44 años, Milito representa una bocanada de aire fresco para una institución que lleva años intentando reencontrarse con su identidad. Durante su presentación en Verde Valle, el argentino no necesitó dar un discurso largo para dejar claro su compromiso:
“Llegó con muchísima ilusión, soñando en poder formar un gran equipo, tenemos tiempo, tenemos la pretemporada por delante y creo que lo vamos hacer”
No es solo una frase para la tribuna. Milito llega con un cuerpo técnico de confianza, un contrato de dos años y un perfil que encaja con lo que la directiva estaba buscando: alguien que no solo dé resultados, sino que imponga una forma reconocible de jugar.
Milito es un técnico que apuesta por la presión alta, el juego ofensivo y la salida ordenada desde el fondo. No le tiembla la mano para darle minutos a los jóvenes, pero también exige disciplina táctica al máximo. Su paso por clubes como Estudiantes, Independiente, Argentinos Juniors y Atlético Mineiro dejó momentos valiosos, aunque no exentos de críticas. Lo que nadie puede negar es su convicción.
En Chivas encontrará una plantilla talentosa pero irregular, una afición impaciente y un entorno que no da segundas oportunidades tan fácilmente. Su debut será en el Apertura 2025.
La llegada de Milito es una apuesta con riesgo, sí, pero también con potencial. No es un nombre de marketing ni una figura decorativa. Es un entrenador con ideas, con carácter y con hambre de trascender. Lo que viene ahora es tiempo, trabajo y quizá lo más difícil en Chivas, paciencia.
El Rebaño ya tiene nuevo pastor. La pregunta es: ¿está listo el rebaño para seguirlo?