La espera terminó. Luego de tres años de intentos fallidos, la Selección Mexicana logró conquistar la Concacaf Nations League tras vencer 2-1 a Panamá en la final disputada en el SoFi Stadium de Los Ángeles.
El equipo dirigido por Javier Aguirre rompió con la sequía de títulos en este torneo, un trofeo que se le había negado en ediciones anteriores y que representaba una deuda pendiente con su afición. En una noche de emociones, Raúl Jiménez se vistió de héroe con un doblete que terminó marcando la diferencia en el marcador.
El conjunto panameño demostró desde el arranque que no iba a ser un rival fácil. Adalberto Carrasquilla sacó un potente disparo que obligó a Luis Ángel Malagón a una gran reacción bajo los tres palos, pero no logró evitar el gol.
México no tardó en responder y lo hizo de manera contundente. Roberto Alvarado envió un centro al segundo poste, y ante una mala salida del arquero Orlando Mosquera, apareció Raúl Jiménez para empujar el balón al fondo de las redes, desatando la euforia de los miles de aficionados tricolores presentes en el estadio.
La intensidad del partido se mantuvo y, tras el descanso, el cuadro mexicano siguió buscando ampliar la ventaja. Fue en un cobro de tiro libre ejecutado por Luis Chávez cuando la fortuna le sonrió al equipo azteca. Un defensor panameño desvió la trayectoria del balón con la mano dentro del área, lo que llevó al árbitro a señalar el penalti a favor del Tricolor.
Con la calma y experiencia que lo caracteriza, Raúl Jiménez tomó el balón y con un toque sutil y engañó a Mosquera, enviando la pelota al fondo y asegurando así el campeonato para México.
Este triunfo no solo significa la primera Nations League en la historia de la Selección Mexicana, sino también un respiro para el equipo y su entrenador. Con esta victoria, México vuelve a colocarse en lo más alto del fútbol de la Concacaf y envía un mensaje claro de cara a los próximos compromisos internacionales.