El León ha oficializado el regreso de Ignacio “Nacho” Ambriz a su banquillo, en un movimiento cargado de simbolismo y emoción. Más allá de los resultados pasados, el retorno del estratega mexicano busca devolverle la identidad futbolística a un equipo que ha perdido rumbo en el Apertura 2025.
En su regreso, el técnico campeón del Guardianes 2020 dejó claro que su objetivo es reconectar al grupo con los valores que lo llevaron al éxito: disciplina, unión y confianza.
Nacho Ambriz pidió disculpas y aceptó sus errores
El presidente del Grupo Pachuca, Jesús Martínez, reveló la conversación clave que abrió la puerta al regreso del técnico. “Nacho me pidió disculpas; me dijo que se equivocó”, confesó el directivo, destacando el valor de la autocrítica en el fútbol moderno.
Martínez comparó la actitud del entrenador mexicano con la del español Luis Carrión, exentrenador del Real Oviedo, subrayando que ambos comparten la grandeza de reconocer sus fallos.
“Ambos tuvieron la grandeza de reconocer sus fallos, y eso es algo que valoro profundamente dentro de mi filosofía de trabajo. En el fútbol todos nos equivocamos, pero no todos tienen el valor de reconocerlo. Nacho lo hizo, y por eso está de vuelta”, explicó Martínez.
Esa honestidad y madurez personal se convirtieron en el argumento principal para su retorno. Ambriz, consciente de los errores del pasado, llega con el compromiso de reconstruir el vínculo emocional entre el equipo, la afición y la directiva.
León y el desafío de recuperar su esencia
La misión de Nacho Ambriz no será sencilla. El León marcha en la duodécima posición del torneo, con solo 12 puntos en 12 jornadas. Su reto inmediato será reactivar la confianza del plantel y devolver la intensidad que caracterizó a su proyecto campeón.