La Selección Mexicana Sub-17 volvió a demostrar que en el futbol nada está escrito. Aunque su clasificación parecía imposible, el Tri juvenil sigue con vida en el Mundial de Qatar 2025 gracias al criterio de Fair Play, que terminó inclinando la balanza a su favor en un cierre de fase de grupos de auténtico infarto.
México empató en puntos, diferencia de goles y número de tantos anotados con uno de sus rivales directos en el sector, pero la suerte y la disciplina estuvieron del lado tricolor. Las tarjetas amarillas acumuladas terminaron siendo el factor decisivo, pues el equipo dirigido por Raúl Chabrand registró menos amonestaciones que su competidor, lo que le permitió avanzar a los dieciseisavos de final.
El Fair Play, uno de los criterios más curiosos y poco frecuentes en torneos FIFA, valora la conducta deportiva de los equipos a lo largo del certamen. En esta ocasión, esa regla fue la llave que abrió una segunda oportunidad para México, que había dejado dudas tras un arranque irregular.
A pesar de las críticas por su desempeño, el conjunto nacional mostró carácter y orgullo en los momentos decisivos. Jugadores como Stephano Carrillo y Gael Álvarez fueron clave para mantener viva la esperanza, mientras la afición mexicana celebraba la noticia con incredulidad y alivio.
Con esta clasificación milagrosa, México Sub-17 tendrá una nueva oportunidad para reivindicarse y buscar el pase a octavos de final. El reto será mayor, pero el mensaje está claro: la disciplina también gana partidos.
