El boxeo mexicano vuelve a temblar. Jaime Munguía, la joven figura que hasta hace unas semanas se perfilaba como el futuro del boxeo nacional, enfrenta una tormenta que puede cambiar su carrera para siempre: la temida prueba B de dopaje también salió positiva.
El invicto de Tijuana, quien puso el alma frente a Canelo Álvarez el pasado 4 de mayo en Las Vegas, ha recibido un golpe que no vino del rival, sino del laboratorio.
Luego de la pelea, se le practicó un control antidopaje. La primera muestra (prueba A) encendió las alarmas con un resultado adverso. Hoy, la historia se confirma: la muestra B respalda el hallazgo y ratifica el positivo. Lo que parecía una sospecha, ahora es una realidad que sacude al deporte mexicano.
“Es un error. Nunca me he dopado en mi vida”, habría dicho Munguía en privado, según fuentes cercanas. Sin embargo, el boxeo no se maneja con palabras, sino con pruebas y estas no le favorecen.
Aunque no se ha revelado oficialmente el nombre, se habla de una sustancia que puede encontrarse en suplementos contaminados o carne tratada con esteroides, algo que ya le ocurrió a figuras como el propio Canelo en 2018.
Pero eso no es excusa suficiente para la Comisión Atlética de Nevada, que ya investiga a fondo el caso y podría aplicar una suspensión o anular cualquier plan inmediato para Munguía, quien buscaba una revancha de alto perfil. Todo. La credibilidad de Munguía, su carrera internacional, los millones que se mueven detrás de su nombre y el orgullo del boxeo nacional. No es cualquier cosa.
El tapatío venía invicto, con una imagen limpia y una base de fans leales que hoy se sienten desconcertados, molestos o simplemente tristes. ¿Fue un descuido? ¿Un error del sistema? ¿O realmente se dopó?
México es tierra de campeones. De leyendas como Chávez, Márquez y Morales. Y justo cuando pensábamos que Munguía podía ser el siguiente gran ídolo, la sombra del dopaje aparece como una mancha en su ascenso.
Jaime Munguía está en la cuerda floja. Lo que venga en los próximos días será clave. ¿Podrá limpiar su nombre? ¿O será otra promesa que se perdió en el camino?